jueves, 31 de diciembre de 2009

"CUANDO ME TOQUEN FEDERER O NADAL VOY A JUGAR TRANQUILO"


El año 2009 fue el mejor de su carrera deportiva. Cumplió el objetivo que se había trazado a finales del 2008: terminar entre los mejores 50 tenistas del ranking ATP. Llegó a ser 45 del mundo en octubre y, además, se consagró en su casa al ganar por primera vez la Copa Petrobras. La raqueta número uno de Uruguay, el salteño Pablo Cuevas, habló con Ovación mientras comenzaba la pretemporada y realizó un balance sobre cómo vivió el año, cargado de presiones y satisfacciones.

-Subió 92 puesto en el ranking APT, participó de dos Grand Slams, ¿qué balance hace de la temporada 2009?
-Fue un gran año, pero nada inesperado. A principio del 2009 estaban planteadas las cosas con el objetivo de terminar dentro de los primeros 50. Aunque arranqué bien en Viña del Mar después hubo un período en el que no me estaba yendo muy bien, había preocupaciones pero después de un torneo en Holanda empecé a sentirme más cómodo, a disfrutar un poco más y comenzaron a venir los resultados. La última mitad fue muy buena; si hubiese arrancado así, por ahí estaría más arriba, pero igual estoy contento con lo que hice.

-¿Qué pasó en Holanda?
-Hasta ese momento estaba muy pendiente del tema de los puntos y no estaba suelto en la cancha. Esa semana dejé los pensamientos de lado, que me tenían un poco atrapado, y me relajé. A partir de ahí empezaron a venir los resultados y dejé de estar pendiente del ranking que sube solo.

-Participó de más de 30 torneos, ¿de cuál guarda el mejor recuerdo?
-Hamburgo fue la mejor semana del año. Empecé a jugar más distendido, con menos presión. Los torneos que también disfruté fueron los de Sudamérica porque me acompañaron la familia y los amigos. Pero la verdad es que estoy disfrutando el año entero.

-¿En qué aspectos considera que creció en 2009?
-En lo que más avancé fue en abrir un poco más la cabeza, en entender mejor el juego, saber perdonarme mejor los errores. Si bien mejoré bastantes cosas "tenísticas" y físicas creo que el mayor progreso fue mental. Uno va madurando con la experiencia, va creciendo y eso es lo que ayuda a ver de otra manera los partidos.

-Su participación en la Davis fue otro punto importante. ¿Qué motivó su ausencia en la primera fecha?
-Está clarísimo que a mí me importa y me encanta jugar la Copa Davis. Este año, como me había planteado el objetivo de terminar dentro de los 50 primeros y a principio de año no venía tan bien, decidí que para terminar donde yo quería tenía que dejar cosas de lado como la Copa Davis y el dobles. Además, justo la Davis en Colombia coincidía con varios torneos y me dejaba afuera no sólo de las dos semanas que insume la Copa sino que me desentrenaba porque debía jugar en la altura para después jugar a nivel del mar. Si bien nos costó tomar la decisión, con mi equipo entendimos que lo que yo quería era contraproducente. Hoy no me arrepiento, no por no haber jugado por Uruguay, sino por haber terminado donde terminé. Si bien la gira que hice durante la Copa Davis no fue la mejor, sí estaba preparado para que me fuera bien.

-Jugó ante Perú pero no faltaron comentarios, ¿tuvo Gripe AH1N1?
-Eso se dijo en Perú porque no aparecía. Ni bien llegué me acuerdo que en el aeropuerto me estaban recibiendo los periodistas y me decían que sabían que había estado con la Gripe A, que hacía 15 días que estaba enfermo, y yo hacía 15 días estaba jugando el US Open. En un principio me tenté porque afirmaban algo que nunca había pasado, yo dije que estaba con una gripe que me había agarrado dos días antes, de hecho el entrenador de Lucho (Horna) estuvo conmigo mientras estaba entrenando en Buenos Aires y me decía que él era el espía de Perú. También es cierto que en el avión me sentí mal, estuve con vómitos y me ofrecieron parar antes de llegar a Lima, pero dije que no porque si bajaba iba a ser peor.

-Este año también hizo su primer gira indoor.
-Los resultados fueron buenos, pero después de haber estado en semifinales del primer torneo quedé un poquito con sabor amargo. Igual no fue una mala gira y sirvió como experiencia, el año que viene voy conociendo pequeños secretos de esas canchas.

-Las lesiones tampoco faltaron, ¿cómo las vivió?
-Estuve lesionado un tiempo del hombro y me tuve que retirar de un torneo previo al US Open; después, tanto en el US Open como en la semana siguiente, me siguió molestando. No jugué la Petrobras de Buenos Aires para curármelo y por suerte hasta ahora no ha vuelto a molestarme, aunque la rodilla sí. Siempre me dio problemas y en los últimos dos años me tuve que operar. Este año venía bien pero después de Montevideo empecé a jugar en cemento y desde el primer día me empezó a molestar, pero nada que me obligue a retirarme. Ahora está molestando de nuevo pero en este nivel es imposible no tener problemas.

-Por último, se lo vio entrenar con los Top 10, ¿cómo es jugar con ellos?
-Tuve la posibilidad de practicar casi con todos. Con Juan Martín (Del Potro) es normal porque nos conocemos de chicos, compartimos varios torneos, jugamos juntos en dobles y a veces salimos a cenar por lo que me olvido que es el 5 del mundo. Con Federer creo que es el único con el que te ponés algo nervioso por las cosas que ganó; aunque con Nadal, que también ganó un montón, no me pasa porque con él compartí más cosas de chico. Lo cierto es que se van aprendiendo muchas cosas de escucharlos, del entrenamiento con ellos y está bueno. El día que me toque enfrentarlos voy a entrar un poco más tranquilo porque ya jugué alguna vez y no voy a estar pensando en lo que ganaron.

"La última mitad fue muy buena; si hubiese arrancado así por ahí estaría más arriba, pero estoy contento".

Triunfo. La mejor victoria fue ante Juan Carlos Ferrero. "Terminé jugando muy bien y poniendo mucha garra para levantar un set y un 5-3 abajo".

Asados. Cuevas no reniega de sus raíces y en Wimbledon organizó un asado junto a quienes lo acompañaron. Apareció un lobo gris y quiso robarles la carne.

Compatriotas. Aunque aseguró que no le gusta ir a pasear, disfrutó saliendo con jugadores de fútbol uruguayos en el exterior. Entre ellos están Eguren y Godín.

Además de jugar más de 30 torneos durante la temporada 2009, la raqueta número uno de Uruguay, Pablo Cuevas, realizó múltiples actividades con niños de todos los países. Firmar autógrafos, realizar "clínicas deportivas" son sólo algunas de las tantas cosas que el salteño disfrutó fuera de la cancha.

"A medida que uno va ganando más, se va haciendo conocido y tiene que aceptar más esos compromisos. Por ahí pienso: `¿será que vendrá alguien a esta clínica?`, pero después uno se sorprende por la cantidad de chicos que van y saben exactamente en qué torneo jugaste, a quién le ganaste y todo lo que hacés", relato Cuevas explicando que generalmente estas cosas las hacen Federer, Nadal, los mejores del mundo.

Si bien no es el primer año que llaman al uruguayo a realizar este tipo de actividades, él cada vez las disfruta un poco más porque los chicos lo conocen y saben con quién están entrenado o hablando.

Cuevas participó este año de más de 10 "clínicas deportivas" en distintos países y estuvo en la Teletón de Montevideo. "Sabés que estás colaborando con otra gente que lo disfruta mucho y eso te hace estar ahí con una sonrisa".

El salteño aseguró que todas las disfruta; sin embargo destacó, entre todas, una "clínica" en Shanghai en 2008, donde participaron muchos chicos, y la Teletón. "Veo el programa, veo la situación, estoy en mi país ayudando a la gente, que no es que la conozca, pero que son de mi país, y eso me pone más contento".

Diario el País

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